Lo que me enseñó mi perrita sobre emprender

Han pasado solo 5 días desde que Cookie dejó este mundo. Cinco amaneceres que llegaron sin sus pasitos, sin su mirada profunda, sin sus suspiros que me transmitían paz, sin sus ladridos, ni sus orejitas de Batman que parecían antenitas de amor.

Y sí… lo admito, ha sido muy difícil.

La casa se siente diferente. El silencio pesa. Donna, su hermana perruna, la busca con la mirada. Su mamá humana también la extraña. Y aunque seguimos caminando, vamos más despacio. Porque perder a quien te acompañó en los días más duros y más dulces de tu vida, no se supera… se aprende a caminar con ello.

Cookie fue mucho más que una mascota. Fue mi compañera, mi hija del alma, mi motor. Me dio un propósito incluso en sus días más difíciles. Y hoy, cinco días después de su partida, quiero compartir contigo lo que Cookie me enseñó sobre la vida… y sobre emprender.

Emprender muchas veces se siente como correr sin parar, de un asunto a otro, de un reto al siguiente. También puede ser un camino muy solitario.

Cookie me enseñó que la presencia —estar realmente ahí, en cuerpo, mente y corazón— es lo que transforma cualquier momento en algo sagrado.

Estuve con ella hasta el final. Porque lo más valioso que tenía para darle era mi tiempo.

Y eso me enseñó a darle lo mismo a mis clientes, a mis socios, a mis ideas.

Cookie luchó contra el cáncer por casi un año. Nunca perdió la alegría. Nunca dejó de intentar ni de estar. Estoy convencido de que no lo hacía por deber… lo hacía por amor; por amor a la vida; por amor a nosotros, su familia.

Hoy, cada vez que me cuesta retomar una tarea, recordar su lucha me devuelve al presente, me enfoca. Porque emprender también es persistir y resistir cuando parece imposible.

Dejarla ir fue la decisión más dolorosa, pero también la más amorosa.

Pienso que emprender, igual que la vida, a veces requiere dejar ir: una idea, una estrategia, un cliente, una expectativa.

Soltar con conciencia es crear espacio para lo nuevo.
Soltar con amor es seguir caminando, sin dejar de honrar lo que fue.

Cookie no fundó empresas, no escribió libros, no hizo dinero, pero su paso por esta vida cambió la mía para siempre.

Me enseñó a ser más humano, a valorar lo invisible, a priorizar lo esencial.

Eso es lo que quiero construir con Nowgak: una marca con propósito, con alma, con verdad. Una empresa que se construya no solo con métricas, sino con sentido.

1. Empoderar a emprendedores y empresarios con conocimientos legales y estratégicos que les den seguridad y control sobre el destino de sus negocios.
2. Transformar empresas familiares en modelos corporativos profesionales que sean sostenibles y rentables en el tiempo.
3. Crear un ecosistema donde el emprendimiento, la legalidad y la creatividad puedan coexistir, dándole una identidad propia a cada proyecto, incluyendo a Nowgak.
4. Ser un referente en asesoría estratégica, donde la gente sepa que trabajar con nosotros no es solo recibir un servicio, sino una experiencia real de crecimiento y profesionalización.
5. Contribuir al desarrollo de México, creando oportunidades, empleos dignos y bien remunerados.

Sigo adaptándome. Sigo aprendiendo a estar sin su presencia física, pero con su esencia.

En medio de este proceso de duelo, de pausa y transformación, quiero decir:

¡Gracias, Cookie!

Tu amor sigue conmigo.

Todo lo que haga, de aquí en adelante, será parte de tu legado.
Seguiré intentando ser la persona que siempre creíste que soy.
Te amo, mi nena. Y siempre, siempre te voy a extrañar.

Gracias a ti por leer. Si estás emprendiendo, si estás en duelo, si estás en ese punto donde la vida te pide estar… solo te puedo decir esto: ¡Quédate, siente, y sigue… a tu ritmo, con sentido, con amor!

🌱 Esto es para ti, Cookie.

Esto es Nowgak.

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